Soy de los jóvenes que creen que toda manifestación de patriotismo relacionado con guerras y armas letales en contra de otros pueblos y su pueblo mismo son absurdos. Sin ser de ningún modo pacifista a la manera ingenua, creo que tomar esta posición más que hacer bien a los jóvenes los llena de odios e intolerabilidad frente a todo lo distinto y diverso que existe en nuestro país y fuera de él.
Soy de aquellos jóvenes también que fueron obligados cuando estaban en el colegio a mantener un corte militar, a veces a llevar cordones en el hombro, una insignia y un bastón convirtiéndome en la rata del aula cuyo seudónimo era POLICIA ESCOLAR. Obligado a marchar y trotar cual soldado raso, a gritar rimas machistas y denigrantes, obligado a copiar toda forma de discriminación contra el débil y el diferente y a representar a mi colegio con todas estas actitudes "limitativas". Llevé en mis manos estandartes como si se tratase de una estaca con la cabeza degollada de algún enemigo y también rifles de madera.
Por si fuera poco, fui obligado a salir de las clases para practicar la marcha triunfalista; un momento casi del ensueño pagano estudiantil, el salir de clases a marchar ameritaba sin tapujos de alumnos, padres y maestros, la puntuación máxima de hasta casi la mitad de todas las materias que cursaba, incluso de aquellas que nada tenían que ver con ella, como las de psicología y religión (por esta última estaba feliz de salir del aula).
Pero más allá de mis rencores personales y la evidente dejadez mía, esta experiencia me sirvió para darme cuenta lo fingido que es nuestra educación civil, esa que evidencia de forma alarmante todo temor al cambio, por ello se recurre a la represión y NORMALIZACION. Difícilmente se puede abordar estas cuestiones sin pensar en el terrorismo y el terror a la manifestación popular. Pero, en busca de la eficacia del contenido y del objetivo de esta, que es la de crear una campaña para que toda muestra de patriotismo se libere del militarismo y represión, dejo estas deducciones a tratar en otro momento o en el mejor de los casos a discutirla, están invitados también a contar sus malas experiencias relacionadas con el tema.
Esto constituye un reto puesto que la gran mayoría ve aún con buenos ojos que el orden venga unido con la fuerza y opresión. Muchos de nuestros compatriotas aún creen que el país mejoraría sólo si se limitaran los llamados libertinajes y el desbande juvenil.
Por último llevo las consignas de:
1. No celebrarse ninguna vez más las Fiestas Patrias con la Parada Militar.
2. Prohibir a las escuelas públicas y a las municipalidades la competición con temas militaristas, como ejemplo el Desfile Escolar Metropolitano por Fiestas Patrias.
3. Cambios de temas a tratar en materias como Educación Cívica e Instrucción Pre- militar (no sé cómo algunos colegios puede tener esta materia!!).
Las consignas pueden ser modificadas y aumentadas a la opinión de los que comenten; por último les dejo una frase emotiva y común conocida por aquellos que alguna vez marcharon aún cuando les gustara o no hacerlo:
XXX como está la moral? ¡Alta altísima como el sol y las estrellas , el XXX no nace , se hace . Lo posible esta hecho... lo imposible lo haremos!